El otro día leyendo encontré el siguiente fragmento en un
libro, el cual me provocó una mezcla entre risa y la obligación de reflexionar…
En el primer capítulo de su libro ‘Ser Padres sin castigar’,
el profesor Norm Lee, explicó la siguiente anécdota:
En una reciente charla a un grupo de padres, abrí un libro y empecé a leer en voz alta: <<Empiecen la disciplina a temprana edad. Aclaren muy bien las reglas y refuércenlas de inmediato y con consistencia. Refuercen la obediencia con palmaditas y con frases como: “¡qué buen chico! ¡Eres una buena chica!”, y después de disciplinarlos, díganles que los quieren y que lo hicieron por su propio bien>>.
Hubo cabeceos de aprobación y algunas personas incluso mostraron su aprobación efusivamente en voz alta. Pero cuando les mostré la cubierta del libro, se quedaron sin habla de la impresión al leer el título: ¡Cómo entrenar a su perro doberman pinsher!.
¿Increíble verdad? Sin embargo, como dice el dicho, es increíble
pero cierto, muchas veces no nos damos cuenta de que no podemos “adiestrar” a
los niños como animalitos para que sean “buenos”, eso, no es educar. Hemos de
ser conscientes en todo momento de que debemos dejar a los pequeños pensar por sí mismos, a dar sus opiniones, a expresarse,
a razonar… enseñarles a pensar, respetar y debatir aquellas normas que nos acerquen a una buena convivencia.
Y vosotros, ¿qué pensáis?
¡os leo!
😘
Un saludo, L
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