lauramarinfantil: agosto 2018

Oscar Wilde

Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones

-Oscar Wilde

Ni guau ni miau - Blanca Lacasa y Gómez

Ni guau ni miau

TÍTULO: Ni guau ni Miau

AUTOR DEL LIBRO: Blanca Lacasa y Gómez

ILUSTRADOR:

EDITORIAL: NubeOcho Ediciones

AÑO: 2017

ISBN: 978-8494541520

`Fabio no hace nada de lo que se espera que hagan los perros´

Fabio no es como cualquier otro perro, no saca su lengua cuando va a pasear, tampoco va detrás del palito, ni a por la pelota... no hace naaada de lo que se espera que hagan los demás perros.

Por todo ello, veremos cómo el dueño del peculiar protagonista junto a su familia, se esforzarán por intentar sacar a la luz los comportamientos "perrunos" que Fabio debería tener...

Sin embargo, una noche, Max, descubrirá el secreto de su mascota. ¿cuál?

¡La curiosa compañía de los gatos! Max descubre que Fabio se reúne cada noche con muuuuchos gatos con los cuales se siente una gato más haciendo "cosas gatunas" como subirse a los árboles, tirarse desde los tejados... e incluso "laullar" (algo así como ladrar y maullar a la vez).

¿Qué hizo Max antes esta sorpresa?

Aceptar y respetar que todos merecemos ser felices comportándonos conforme es nuestra personalidad, sin seguir los estereotipos de la sociedad, ni actuar según se espera de nosotros.
Simplemente, siendo feliz haciendo feliz a quienes amamos.

A mi personalmente, me ha encantado esta pequeña historia animal ¿y a vosotros?

Jose María Toro

De qué sirve que un niño sepa colocar Neptuno en el Universo,

si no sabe dónde poner su tristeza o su rabia.

- Jose María Toro

Maria Teresa de Calcuta

En la escuela hay que hacer las cosas ORDINARIAS, con un amor EXTRA💙RDINARI💜.

- Maria Teresa de Calcuta

Tony Wagner

"Al mundo no le importa lo que sabes.

Lo que al mundo le importa es lo que haces con lo que sabes."

- Tony Wagner

Alexandra K. Trenfor

Los mejores maestros son aquellos que te enseñan dónde mirar,

pero no te dicen qué ver.

- Alexandra K. Trenfor

Técnica de la tortuga para el control de la impulsividad agresiva

📃 Jugando a... la tortuga 🐢

Tortuguita, era una tortuga de seis años de edad que había comenzado a ir al colegio y se le hacía muy pesado todo lo relacionado con la escuela, pues había muchas cosas que le enfadaban y le hacían gritar y patalear, y luego se sentía mal por haberse comportado de esa manera. Solo quería correr y jugar a pintar en su cuaderno de dibujo con lápices de colores. Nunca quería colaborar con los demás. No le gustaba recordar que no debía pegarse con los demás. Cada día cuando iba a la escuela se decía a si misma que iba a intentar no tener jaleos ese día. Sin embargo, siempre enfurecía a alguno y se pegaba con él, o rompía en pedazos todos sus papeles. Luego siempre se sentía muy mal.

Un día se encontró con una tortuga de doscientos años que quería ayudarla y le dijo:

- Voy a contarte un secreto, ¿no comprendes que tú llevas sobre tí la respuesta a tus problemas?

- Tortuguita no sabia de qué estaba hablando-.

- ¡Tu caparazón! Para eso tienes una coraza. Puedes esconderte en su interior siempre que te sientas colérica. Cuando te encuentres en el interior de tu concha, dispondrás de un tiempo de reposo y pensarás qué debes hacer. Así pues la próxima vez que te irrites métete inmediatamente en tu caparazón.

Tortuguita aplicó el método al día siguiente en que algo le salió mal en la escuela y ya iba a perder el control, cuando recordó lo que le había dicho la tortuga anciana. Encogió sus brazos, piernas y cabeza y los apretó contra su cuerpo, permaneciendo quieta hasta que supo lo que necesitaba hacer. Fue delicioso para ella encontrarse tan tranquila y confortable dentro de su concha, donde nadie podía molestarla. Cuando salió fuera encontró a su maestra. Que le miraba sonriente y le decía que estaba orgullosa de ella.

Tortuguita siguió aplicando la técnica durante todo el curso y acabó sacando muy buenas notas. Todos le admiraban y se preguntaban cuál era su secreto mágico.

(Serrano, I - pág 121, 1998)

¿Son buenos los hábitos? Recomendación - Rosa Jové

¡Hola corazones 💙!

Espero que estén yendo súper genial las vacaciones.

Hoy quiero hablaros de una de mis últimas lecturas de este mes, `La escuela más feliz´de Rosa Jové, licenciada en psicología y especialista en psicología clínica infantil. Para mi ha sido una de esas lecturas que no te dejan indiferente puesto que además de teorías y consejos de la autora, he podido encontrar una gran variedad de casos reales de padres y madres, anécdotas y experiencias que, bajo mi punto de vista, es lo que realmente te hace pararte a pensar y reflexionar, poniendo en duda tus pensamientos al respecto para seguir mejorando y aprendiendo, siendo esta la manera de saber enfrentarte a situaciones reales poniendo en juego tus estrategias de intervención.

Por ello, antes de dar comienzo al tema de los hábitos del cual vengo a hablaros en este post, os recomiendo totalmente la lectura de esta maravilla de libro tanto para compañeras maestra de Educación Infantil, como para padres y madres.

TÍTULO: La escuela más feliz

AUTOR DEL LIBRO: Rosa María Jové Montanyola

EDITORIAL: La esfera de los libros

AÑO: 2017

ISBN: 9788491641339

¿Para qué sirve un hábito?

Según nos cuenta la autora, existen hábitos buenos como por ejemplo, lavarse las manos, y hábitos malos como puede ser morderse las uñas. Podríamos decir que el hábito es la manera por la que llegamos a hacer las cosas desagradables que son beneficiosas para nosotros.

Un problema que encontramos a la hora de acostumbrarnos a seguir unos determinados hábitos en nuestro día a día es que éstos se llevan a cabo sin pensar y sin ofreceros ningún placer, por tanto, parece aburrido aprender las cosas de esta manera. Por ello, hemos de saber cómo enfocar y transmitir las ganas de seguir los hábitos.Como ejemplo, la autora nos comenta que sus padres no le inculcaron la higiene como un hábito, sino como un placer: el gusto de ir limpio.

Hoy hablando con mi tía, me comentaba que este fin de semana irá al cine junto a su peque para ver la película de `los futbolísimos´ que tanto le encanta, pero que antes debe leerse el libro que le compró hace un mes ya, y no le va a dar tiempo porque cada vez que `lo pone a leer´ no pasa de las diez páginas... algo que al peque le causa angustia.

Si nos damos cuenta, mi tía comenzó un hábito de lectura con el niño, por ello, al verlo como un hábito obligado la motivación del peque ha ido disminuyendo considerablemente prefiriendo ver la película antes de terminarse el libro, sin embargo, si se le hubiera dejado libremente a su voluntad, seguramente el niño hubiera leído más de diez páginas por el simple hecho de apetecerle. Sin llegar más lejos, a mi siempre me ha encantado leer, sin embargo, hubieron unos años en los que dejé de leer, más bien dejé de disfrutar leyendo, puesto que tuve que dejar a un lado mis lecturas, para leer los libros obligatorios del colegio para poder aprobar.

Por todo ello, hemos de tener en cuenta que nunca deberíamos instaurar como hábitos aquellas cosas que nos hace feliz como la lectura, la música, etc, ya que nos puede llevar incluso a odiar aquellas cosas que solíamos hacer para disfrutar y sentirnos felices, imaginaros escuchar la misma música todos los días a la misma hora... al final carecerá del efecto mágico que le precedía. Como dice el dicho `todo lo bueno en exceso es malo´ y es totalmente cierto, no hay nada mejor que ser nosotros quienes nos marquemos nuestro tiempo para hacer aquellas cosas que nos gustan que nos llenan por dentro, pero siempre cuando nos apetezca, en nuestro `momento de recreo´.

¿Qué pensáis?

Con amor, L

💭 ¡Reflexiona conmigo! 💭 Ser padres sin castigar, Norm Lee 📖

El otro día leyendo encontré el siguiente fragmento en un libro, el cual me provocó una mezcla entre risa y la obligación de reflexionar…

En el primer capítulo de su libro ‘Ser Padres sin castigar’, el profesor Norm Lee, explicó la siguiente anécdota:

En una reciente charla a un grupo de padres, abrí un libro y empecé a leer en voz alta: <<Empiecen la disciplina a temprana edad. Aclaren muy bien las reglas y refuércenlas de inmediato y con consistencia. Refuercen la obediencia con palmaditas y con frases como: “¡qué buen chico! ¡Eres una buena chica!”, y después de disciplinarlos, díganles que los quieren y que lo hicieron por su propio bien>>.

Hubo cabeceos de aprobación y algunas personas incluso mostraron su aprobación efusivamente en voz alta. Pero cuando les mostré la cubierta del libro, se quedaron sin habla de la impresión al leer el título: ¡Cómo entrenar a su perro doberman pinsher!.

¿Increíble verdad? Sin embargo, como dice el dicho, es increíble pero cierto, muchas veces no nos damos cuenta de que no podemos “adiestrar” a los niños como animalitos para que sean “buenos”, eso, no es educar. Hemos de ser conscientes en todo momento de que debemos dejar a los pequeños pensar por sí mismos, a dar sus opiniones, a expresarse, a razonar… enseñarles a pensar, respetar y debatir aquellas normas que nos acerquen a una buena convivencia.

Y vosotros, ¿qué pensáis?

¡os leo!

😘

Un saludo, L